¿Pueden coexistir varios idiomas en un solo país?

Algo que sorprende a más de un extranjero al llegar a tierras españolas es toparse con el bilingüismo de ciertas regiones. En concreto, conviven junto con el español o castellano, idioma oficial en todo el territorio nacional, tres lenguas cooficiales: el gallego en Galicia, el euskera o vasco en el País Vasco y parte de Navarra, y al este peninsular encontramos… una lengua que (por razones políticas más que lingüísticas, en mi humilde opinión) recibe un nombre distinto según el territorio en el que se habla. He aquí la controversia.

Podemos distinguir entre catalán en Cataluña, valenciano en la Comunitat Valenciana y en las Islas Baleares el nombre varía de isla a isla (pese a que su estatuto de autonomía defina el idioma como catalán)Y es que resulta complicado abordar este tema sin meterse en política. Aquí un vídeo que ejemplifica lo dicho.


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Si tan solo el nombre de un idioma ya es objeto de polémica, emplear una lengua cooficial en lugar del castellano para expresarse en público tampoco se libra de ser tema de debate, suscitando nacionalismos para algunos o siendo motivo de orgullo para otros.

Tengamos presente que tres de las cuatro lenguas con reconocimiento oficial (el euskera es un mundo aparte) son lenguas romances, es decir, que descienden del latín (no es que sean románticas, aunque el francés si tenga fama de serlo); con lo que en cierta medida son mutuamente inteligibles. Aún así la polémica sigue siendo recurrente.

Fijémonos ahora en el caso de un diminuto país, de unos 5 millones de habitantes, en el conviven ni más ni menos que 4 idiomas oficiales.

La República de Singapur es un país insular único en el mundo:

  • Es una de las pocas ciudades-estado (la única en realidad). Tiene su propia población, ejército, moneda y gobierno.
  • Se sitúa en un punto estratégico para el comercio mundial.
  • Es uno de los países más desarrollados, seguros y ricos del planeta.
  • Su sistema penal contempla la pena de muerte y el castigo corporal. Además, sus severas sanciones económicas hacen que sea conocido como «el país de las multas».
  • Por último, destaca su composición demográfica fruto de la constante inmigración: casi un tercio de la población es inmigrante, y entre los nativos el 75% son de ascendencia china, y el resto minorías de malayos, indios y occidentales.

Volviendo al tema lingüístico, y a raíz de esta diversidad, el país reconoce como oficiales 4 idiomas (malayo, chino mandarín y tamil, hablado al sur de La India), uno para cada minoría y el inglés como lingua franca (lengua usada entre hablantes de distintos idiomas para comunicarse entre sí) y para evitar conflictos étnicos.

El inglés es la lengua más extendida entre la población y la principal en el sistema educativo, administrativo y los negocios. No obstante, la gran mayoría de los singapurenses son bilingües: hablan inglés con fluidez junto con la lengua de su grupo étnico.

A esto hay que sumarle la forma coloquial propia del inglés singapurense, o Singlish, que combina el inglés estándar con las lenguas que habladas en el país.

Lah, muletilla característica del Singlish

Y es que a pesar de las muchas adversidades en su contra (pequeño archipiélago sin recursos naturales y con una población heterogénea), Singapur ha logrado salir adelante explotando al máximo su privilegiada posición geográfica y logrando pacificar las distintas comunidades étnicas del país.

Considero esto último su mayor éxito, el haber creado un sentimiento de identidad nacional que recoja a todas las comunidades bajo una misma patria. Algo de lo que podríamos aprender para aplicar en nuestro país.